Durante el Imperio romano, el valle de Ancares fue objeto de una importante actividad minera, destacando las explotaciones auríferas en la confluencia del “ríu Seco” con el “ríu Ancares”, en Candín, como así lo evidencia las numerosas “murocas” allí existentes. Algunos de los núcleos de poblaciones ancaresas actuales deben de tener origen en esa época.
En el reparto del territorio ocupado de Hispania del año 411 después de Cristo entre alanos, vándalos y suevos, a estos últimos les correspondió la parte de las actuales provincias de Asturias, León, Galicia y el norte de Portugal, por lo que toda la comarca del Bierzo pasó a depender del reino suevo de Hispania.
Sin desconocer que “suertes” fue también un sistema de repartimiento de tierras, principalmente, en la repoblación durante la Reconquista, y que la expresión “tercias”, puede hacer alusión a un sistema de partición de los frutos, sin embargo, ese sistema de reparto tiene su origen en el reparto de tierras entre los invasores germánicos y los nativos del Imperio romano.
Como en otras partes del reino suevo, en Ancares se procedió al reparto de las tierras ancaresas entre suevos y los ancareses originarios, a los cuales se les reservó una tercera parte de las que poseían (tercias), y las otras dos fueron dadas a los conquistadores suevos (suertes). Hoy en día en el valle de Ancares hay varios topónimos que tienen su origen en ese sistema de reparto durante la época del reino suevo.
La gente rubia y de ojos azules del Bierzo no son descendiente de los celtas, como erróneamente consideran algunos, sino, principalmente, de los suevos.
Los suevos no eran agricultores, sino guerreros, y para aprovechar mejor sus tierras, solían darlas a censo, con la obligación de abonar a sus dueños algún canon a cuenta de sus frutos, que, generalmente, era un diezmo de los frutos.
El reino de los suevos fue anexionado por los visigodos en el año 585, al apropiarse Leovigildo de su reino, su tesorero y su pueblo, que se integró en las estructuras del reino visigodo.
En esa época sueva se consolidaron los actuales asentamientos de población en el valle de Ancares, que están configurados por nueve pueblos. A saber, de Sur a Norte.
Fuera del valle de Ancares, al otro lado del Puerto de Ancares (en Traloporto, como así se refieren los habitantes del valle), pero pertenecientes también a Ancares, se encuentran los pueblos de Suárbol y Balouta.
En el valle de Ancares, el principal río es el río Ancares (“ríu d’Ancares”), que nace en El Pozo (lago de Cuiña), en el Pico Cuiña (el río Cuiña nunca existió con ese nombre, hasta que algún indocumentado denominó así en los mapas oficiales a una parte del río Ancares).
Sus principales afluentes, de Norte a Sur, son el “ríu dos Campos” (y no arroyo de la Vega, como otro indocumentado así le puso también en los mapas oficiales), que nace en la “Brutieira”, a los pies de Miravalles; “ríu Seco”, en Candín, y el “ríu de Sortes”, que nace en el Pico del Cuadro (Suertes). El río Ancares es el principal afluente del Cúa, y éste del Sil.
Así mismo, en Suárbol esta el “ríu de Suárbol; en Balouta el “ríu de Balouta, y las aguas de ambos acaban en el río Navia, que desemboca en el mar Cantábrico.